Un ejemplo textual, es el decir “me preocupa no encontrar trabajo y no tener dinero para poder pagar la renta” este es un pensamiento estresante, pero “me preocupa que mi jefe me odie en secreto y esté buscando la forma de despedirme y cuando por fin lo consiga no podré pagar la renta” es un pensamiento influye más con la ansiedad (AltaMed, 2020).
Aunque estas dos afecciones estén relacionadas los tratamientos pueden ser muy distintos según de la fase en la que se encuentre, ya que, el estrés, por lo general, se termina cuando la situación que lo causó ha finalizado, pero eso no significa que la ansiedad también termine, ya que, las personas que padecen ansiedad no identifican el factor que la causa, por lo que, no logran lidiar con la situación.
Parte de las soluciones de ambas afectaciones van enfocadas a grupos de apoyo, respiraciones, meditación pero la solución que ha presentado mejores resultados es una combinación de psicofármacos y psicoterapia. Aunado a esto, también se considera mejorar la calidad de vida en función del bienestar (Pérez, 2020).
En la tabla 2.3 se muestra una recopilación de actividades / hábitos para poder lidiar con la capacidad de respuesta ante sucesos que provoquen estrés y ansiedad:
Tabla 2.3. Actividades y/o hábitos para mejorar la salud mental
Fuente. Instituto Nacional de Seguridad Social (s.f.).
ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS | |
Hacer ejercicio | Dormir bien |
Actividades relajantes | Limitar la cantidad de cafeína y alcohol |
Reconocer síntomas | Identificar circunstancias que lo provoquen |
Aumentar asertividad | Buscar ayuda profesional |
Según la Organización Mundial de la Salud, una de cada cuatro personas presenta un trastorno mental a lo largo de su vida (OMS, s.f.). Sin importar la condición en la que nos encontremos todos estamos expuestos a ello, ahora sí, aunado a eso le sumamos la predisposición genética o factores ambientales, se puede concluir que cualquier puede presentar síntomas en cualquier etapa de su vida (FEAFES, s.f.).
Actualmente la pandemia por COVID-19, tiene características que aumentan los niveles de estrés y ansiedad, ya que es un virus nuevo, por lo que la incertidumbre o la poca información al respecto hacen que el ser humano vea un futuro impredecible (Palomino-Oré, 2020).
En los últimos meses, la continuidad del COVID-19 ha dado pie a significativos estudios en el que se centran en la salud mental a los diferentes grupos poblacionales, todo surge como consecuencia del distanciamiento social a través de las crisis presentadas de estrés y ansiedad (Franco Chóez, et al., 2021).
Estas crisis son estados temporales en donde todo parece estar desorganizado y tener el sentimiento de impotencia, sin embargo siempre nos encontraremos con dos opciones; la primera es pensar negativo buscando quien es el culpable o segunda que es adaptarnos y crecer a partir de ello (VELAZQUEZ, s.f.). Es por ello, la importancia de crear una alfabetización en materia de salud mental basándonos en un esquema de prevención, promoción y autocuidado.